Castillo pone en venta el avión presidencial sin contar la verdad

Desde la FAP explicaron que si se vende, se debe comprar otro para cubrir las operaciones. En 2007, Alan García intentó liquidar la nave aérea por US$15 millones, pero solo se presentó un postor y ofreció US$7 millones como máxima oferta.

“Venderemos el avión presencial y esos recursos (producto de la venta) serán usados en la salud y educación de niños y niñas del Perú”, fue el sorpresivo anuncio que hizo ayer el mandatario Pedro Castillo en Ayacucho, mientras repasaba sus primeros 100 días en el gobierno. Aunque Castillo no dijo nada de lo que traería consigo la realización de ese negocio.

El avión presidencial es un Boeing 737-524 que está bajo custodia de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), que fue comprado a Estados Unidos por el valor de US$25 millones durante la gestión del condenado Alberto Fujimori, en 1994. Para ese momento ya era una pieza usada.

Desde ese año fue utilizado por todos los presidentes. La nave tiene una cabina de separación especial donde va sentado el presidente y otras altas autoridades. En este espacio hay asientos de color beige que ocupan casi la mitad de la aeronave. El resto del vehículo está ocupado por butacas tradicionales similares a las de un avión comercial.

Esta no es la primera vez que un jefe de Estado intenta vender el avión presidencial.

En su segundo gobierno, Alan García (2006-2011) decidió liquidar el avión alegando que fue mal usado por su antecesor en el cargo, Alejandro Toledo, al celebrar fiestas durante sus vuelos. Por esa razón, se le bautizó como el ‘avión parrandero’.

García pretendió venderlo en US$15 millones; sin embargo su gobierno se vio obligado a reactivar las funciones del avión porque solo hubo un postor y ofrecía US$7 millones.

Venta innecesaria
Para concretar la venta del avión se debe seguir un procedimiento. Primero “se le da de baja”, condición que se le da a una propiedad como esta cuando no puede operar más.

No obstante, de acuerdo a fuentes de la FAP, la aeronave se encuentra actualmente en mantenimiento y, pese a sus años de antigüedad, aún está operativa para realizar vuelos domésticos cuando el jefe de Estado no la usa.

El otro inconveniente es que la unidad ha perdido vigencia para el mercado. Según las mismas fuentes, la tecnología del avión presidencial ya es obsoleta. Si hace más de 10 años no se pudo vender, ahora será casi imposible.

“Después de darle de baja al avión, es necesario que el Estado compre otro para que ocupe su lugar; de no hacerlo se limitará las capacidades operacionales de la FAP”, explicaron las fuentes.

Las “capacidades operacionales” aplican también para vehículos de la Marina y del Ejército peruano. De acuerdo al artículo 163 de la Constitución, se debe cumplir con esa necesidad para cubrir el sistema de defensa nacional.

El Libro Blanco de la Defensa Nacional estipula, además, que la FAP debe contar con un determinado número de aeronaves para cumplir con su función. El presidente Castillo hizo uso del populismo, una vez más, sin medir sus consecuencias.

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